Día 05- Las Vegas (II)

¡Hola a todos!

En el día de hoy hemos decidido tomarnos el día con un poco de calma, aprovechando que estamos en Las Vegas. Así que no hay coche, no ha habido madrugón ni tampoco prisas -bueno, esporádicamente igual sí-.

Conociendo un poco Las Vegas me he dado cuenta de que es una ciudad que me atrae por la cantidad de espectáculos de calidad disponibles y por la multitud de actividades alternativas al juego. La oferta es amplia: desde múltiples conciertos de grandes cantantes (Céline Dion, etc.) al Cirque du Soleil (con 6 espectáculos), Magia (David Copperfield, Chris Angel, etc.), de Ventriloquía humorística (Jeff Dunham, Terry Fator) y otras alternativas (hipnotismo, cabaret, ¡lo que quieras!). Por otra parte hay muy grandes restaurantes. ¿Qué más se puede pedir? Y por qué digo esto, os preguntaréis. Pues porqué me sabe mal irme mañana con tantas cosas por ver y hacer, ¡me lo he pasado genial! Tengo una lista de espectáculos pendientes, restaurantes a degustar y casinos a visitar, además de Freemont Street -y sus conciertos- y el ascenso a la "High Roller" de noche -la noria más alta del mundo-... ¡ya no me faltan excusas! Pero no le demos más vueltas. ¿En qué hemos invertido el día hoy?

Nos hemos levantado a las 9 de la mañana con mucha tranquilidad, dirigiéndonos directamente -y sin desayunar- a las piscinas del Caesar's Palace (nuestro hotel). ¡Ya basta de no aprovecharlas! Y en este caso no hacerlo era un pecado. No es que la piscina del Caesar's Palace sea nada del otro mundo, pero sí está muy bien decorada y vale la pena echarle un vistazo. Me ha hecho gracia ver una piscina para apostar -con mesas de apuestas y demás-. Más tarde hemos ido a desayunar en un café en la entrada del hotel donde hemos tomado unos pancakes y una tortilla cargadita de ingredientes -pero buenísima-. Nos hemos tomado esta comida como un "brunch", dado el día que teníamos por delante.

Una vez hemos dejado el hotel, nos hemos dirigido a la primera actividad alternativa de hoy: ¡un room escape! (Como buen fanático de estos juegos no podíamos dejar pasar la oportunidad de probarlos en suelo americano. Hemos hecho dos. Un primero de terror -muy al estilo "Saw"- y otro de Sherlock Holmes. Si bien hemos salido de los dos en algunas ocasiones nos hemos topado con la barrera lingüística -asociaciones de palabras específicas del inglés, datos históricos americanos, etcétera- pero con más o menos ayuda hemos salido bien. Eso sí, los juegos son visualmente más simples que aquí. Una habitación mínimamente decorada y ¡ale!. Esperábamos algo más de Las Vegas. Con todo esto nos lo hemos pasado genial.

De ahí hemos ido al Stratosphere, a disfrutar de las vistas en la torre por excelencia de Las Vegas. Nos ha sorprendido lo solitario que estaba el hotel (está muy al inicio de la avenida principal, "The Strip") en comparativa con el nuestro (que está en el centro), especialmente las salas de juegos. Otra cosa que nos ha llamado la atención ha sido las atracciones que tienen en la cúpula de la torre, a 350 metros: caída libre, "montañas rusas" que encaran el vacío y otras variantes. Para subir hay que tener poco respeto por las alturas. Tras tomarnos un par de Margaritas y hacer ronda fotográfica, hemos bajado a recepción donde nos esperaba un Humvee. ¿Y qué pinta un vehículo militar en este viaje?

Pues nos ha transportado a Battlefield Las Vegas, una experiencia 100% americana que viene a ser una "galería de tiro". No es que nos llamen la atención las armas ni mucho menos, pero teníamos curiosidad y con la actividad de hoy hemos tenido la oportunidad de saciarla. Al llegar nos han hecho elegir qué armas queríamos disparar y hemos escogido tres cada uno (a más grande, más cara). Noemí ha optado por un pack de SIG P-226, una MP5-SD y una M4 CQB mientras que yo he optado por una Glock, una MP5 y una AK-47. La experiencia es más que entretenida, si bien Noe ya ha cubierto el cupo armamentístico de por vida -y eso que dispara genial- y yo de momento me doy por satisfecho. ¡Aún me noto el retroceso de la AK en el pecho! Comentar que todo el personal era ex-militar (de distintos tipos) y que afuera tenían un museo de vehículos militares que hemos visitado al terminar.

Tras la actividad hemos vuelto a The Strip para visitar algunos hoteles rápidamente, como el Wynn, el Venetian y las galerías de tiendas del Caesar's Palace. Habiendo hecho las visitas hemos subido a la habitación para arreglarnos un poquito y hemos puesto rumbo al restaurante de esta noche, el "Eiffel Tower Restaurant". Se trata de un magnífico establecimiento donde el personal y la comida son de una grandísima calidad, ¡si bien se ha disparado un poco! En el mismo edificio hemos aprovechado para apostar un poco en el Casino. Es un placer de sitio, puesto que no está tan lleno como el Bellagio o Caesar's. Noe ha jugado a las máquinas mientras que yo he probado suerte en la ruleta. Ninguno se ha salido con la suya. ¡La banca siempre gana!

Con la cena en la barriga nos hemos ido corriendo al Bellagio, a ver la obra "Ô" del Cirque du Soleil. Se dice que es la mejor de todas las que han hecho. El espectáculo transcurre sobre un escenario-piscina y es muy impresionante, si bien es más similar a los Cirques que ya conocía. Como siempre una maravilla para los ojos y los oídos dado el espectáculo visual y la música en directo.

Al salir, hemos dado por terminado el día, parando brevemente en el Bellagio para jugar un poco (Noemí ha ganado algo de dinero) y delante del Bellagio para ver el espectáculo de sus fuentes. Además, tanto en el Bellagio como en el Caesar's hemos apostado algo, ¡pero sólo Noemí ha tenido suerte hoy! 

En fin, ahora nos toca dormir que mañana será un día largo y duro. Como comentaba la inicio, hoy ha sido un buen día y apetecería quedarnos algún día más -también para descansar de la conducción. Pero. todo llegará. Próxima ruta: Valle de la Muerte y Yosemite.

¡Un abrazo!