¡Aloha!
Última semana del viaje y, ¡ya estamos en el archipiélago de Hawaii! Los tres primeros días los pasaremos en la isla de O'ahu y los cuatro últimos en la isla de Hawai'i (Grand Island).
Hoy ha sido, en lineas generales, un día de viaje pero también de tranquilidad. Imaginaos si me he relajado que sólo he utilizado la cámara pequeña -eso ocurre con la misma frecuencia que el paso del cometa Halley por la tierra-. Y para los que me conozcáis: no, no estoy enfermo, era por no cargar con tanto peso por la playa.
Tras levantarnos a las 6 -ya nos estamos empezando a acostumbrar- hemos hecho ruta a través de la jungla automovilística de Los Ángeles hasta el aeropuerto. Tras pelearnos un poco con el check-in y pagar el sobrepeso de maletas (ups!) hemos cogido el avión hacia O'ahu con algo más de media hora de retraso. Añadir que la terminal de L.A. nos ha parecido bastante mal organizada. El vuelo ha durado unas seis horas, que nos hemos pasado durmiendo y viendo alguna serie (la extraordinaria Sense8, que nos tiene enganchados). ¡Incluso hemos trabajado un poco!
Por desgracia el retraso más algunos factores adicionales con los que no contábamos -nos han hecho coger un shuttle para alquilar el coche- nos han obligado a posponer la actividad que teníamos hoy a mañana: la iniciación de surf. Así que, teniendo muchas alternativas en la planificación, hemos optado por la más tranquila: tomar el sol en Waikiki Beach. Por cierto, ¡qué cambio con el tráfico! Aquí la gente conduce con tranquilidad y educación, no nos podíamos creer el cambio, pero lo hemos agradecido mucho.
Nos hemos pasado buena parte de la tarde bañándonos en un espacio de playa público pero cerrado -de manera natural, con piedras- por lo que no había oleaje y el agua era totalmente transparente. Una de las playas más tranquilas para relajarse donde he podido estar, aún a pesar de no estar lejos de los hoteles. Tampoco había demasiada gente. Algo más lejos se podían ver surfistas y domadores de las olas de todas las disciplinas.
Algo antes del atardecer hemos optado por subir a la habitación, arreglarnos e ir a cenar alguna cosa a algún restaurante típico y no turístico de la zona. ¡Estamos en un 15º piso! -no, no hecho de menos el motel-. Y tenemos estas vistas de la playa que, cuando cae el sol, son muy agradecidas.
¡Y nada más! Con esto me voy a dormir que mañana toca madrugar de nuevo, ¡pero por buenos motivos! Toca ruta turística por la isla (con temática "Lost", como si no nos conociérais), surf y Pearl Harbor. ¡Será un gran día!
¡Mahalo!
Última semana del viaje y, ¡ya estamos en el archipiélago de Hawaii! Los tres primeros días los pasaremos en la isla de O'ahu y los cuatro últimos en la isla de Hawai'i (Grand Island).
Hoy ha sido, en lineas generales, un día de viaje pero también de tranquilidad. Imaginaos si me he relajado que sólo he utilizado la cámara pequeña -eso ocurre con la misma frecuencia que el paso del cometa Halley por la tierra-. Y para los que me conozcáis: no, no estoy enfermo, era por no cargar con tanto peso por la playa.
Tras levantarnos a las 6 -ya nos estamos empezando a acostumbrar- hemos hecho ruta a través de la jungla automovilística de Los Ángeles hasta el aeropuerto. Tras pelearnos un poco con el check-in y pagar el sobrepeso de maletas (ups!) hemos cogido el avión hacia O'ahu con algo más de media hora de retraso. Añadir que la terminal de L.A. nos ha parecido bastante mal organizada. El vuelo ha durado unas seis horas, que nos hemos pasado durmiendo y viendo alguna serie (la extraordinaria Sense8, que nos tiene enganchados). ¡Incluso hemos trabajado un poco!
Por desgracia el retraso más algunos factores adicionales con los que no contábamos -nos han hecho coger un shuttle para alquilar el coche- nos han obligado a posponer la actividad que teníamos hoy a mañana: la iniciación de surf. Así que, teniendo muchas alternativas en la planificación, hemos optado por la más tranquila: tomar el sol en Waikiki Beach. Por cierto, ¡qué cambio con el tráfico! Aquí la gente conduce con tranquilidad y educación, no nos podíamos creer el cambio, pero lo hemos agradecido mucho.
Nos hemos pasado buena parte de la tarde bañándonos en un espacio de playa público pero cerrado -de manera natural, con piedras- por lo que no había oleaje y el agua era totalmente transparente. Una de las playas más tranquilas para relajarse donde he podido estar, aún a pesar de no estar lejos de los hoteles. Tampoco había demasiada gente. Algo más lejos se podían ver surfistas y domadores de las olas de todas las disciplinas.
Algo antes del atardecer hemos optado por subir a la habitación, arreglarnos e ir a cenar alguna cosa a algún restaurante típico y no turístico de la zona. ¡Estamos en un 15º piso! -no, no hecho de menos el motel-. Y tenemos estas vistas de la playa que, cuando cae el sol, son muy agradecidas.
Y... vale, pensaréis que cuando digo "no turístico" hablo del típico restaurante que lo es pero no lo parece. Pues no creo que sea el caso. Tras preguntar con calma nos han mandado a un zulo-restaurante gestionado por una familia, llamado Ono Hawaiian Foods. La carta es escueta, cuatro posibles conjuntos de platos, y poca cosa más. Eso sí, la comida estaba sabrosísima y el precio era muy pero que muy económico (hemos dejado una señora propina porqué se lo valía). Y totalmente típico -nos han tenido que explicar cómo se comía- a base de Cerdo Kalua, Laulau, Pipikaula, Lomi Salmon, Haupia y Poi. Muy auténtico, y lleno de locales.
¡Y nada más! Con esto me voy a dormir que mañana toca madrugar de nuevo, ¡pero por buenos motivos! Toca ruta turística por la isla (con temática "Lost", como si no nos conociérais), surf y Pearl Harbor. ¡Será un gran día!
¡Mahalo!
😘😘
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